Los vinos jóvenes evocan a los que se hacen en otros lugares de Galicia: blancos frescos, ligeros, chispeantes y limpios, con el sello propio de la zona, y tintos ligeros y afrutados. Se trata de caldos con un carácter realmente distintivo.
Los procedentes de la uva Godello son de color oro, más enteros que los Albariños, con una acidez bien equilibrada. Sin embargo, la espectacular recuperación del viñedo blanco de Godello no ha apartado a los cosecheros de Valdeorras de su ancestral dedicación al tinto.
A partir de la Mencía una variedad que se ha adaptado muy bien a las características de la zona, esta denominación tiene garantizado el éxito a la hora de competir con muchos otros tintos jóvenes, gracias a los deliciosos aromas a zarzamora, ciruela y regaliz de esta uva.
Las diferencias climáticas confieren a estos vinos una menor acidez y un contenido alcohólico más elevado que los de otros lugares de Galicia, con una graduación media de 12,5º. Aunque hasta hace muy poco tiempo estos y otros vinos de mezcla se han consumido siempre jóvenes, algunas bodegas ya están experimentando con vinos de crianza.