El barro y el agua constituyeron durante mucho tiempo los utensilios básicos de la gastronomía gallega, hasta la llegada del plástico o el metal. Hoy, muchos años después, ¿qué ha sido de aquella artesanía imprescindible en un capítulo de la historia de Galicia?
La tradición alfarera de Buño es de las más antiguas de Galicia y a menos de diez kilómetros, Malpica es la postal marinera más bella de esta comarca.
En Niñodaguia, parroquia de Xunqueira de Espadañedo, en la que alguna vez todos sus habitantes supieron manejar el torno, aún queda tradición alfarera.
En el corazón de la Ribeira Sacra tampoco se ha olvidado un ejercicio propio de la zona, la fundición de resina de pino para la configuración de jarras.